POINT PROMETHEUS
a) Última parada
Ya no hay vuelta atrás: Fontaine nos está esperando, literalmente, a nuestra llegada a Point Prometheus. Por primera vez, vemos a nuestro objetivo y no es un ser humano normal: con una mano y sin apenas esfuerzo, levanta una enorme estatua y la lanza contra una pared, mientras "nos da la bienvenida".
"Vale, vale... ¿Buscas pelea? Cuenta conmigo, pero yo tengo el Adam de la ciudad amigo. Y ahora, vamos a darle uso".
Se abre la puerta de la batisfera y salimos corriendo detrás de él. Tenenbaum nos anima a ello:
"¿A qué esperas? Ve a por ese idiota..."
Le perseguimos pero Fontaine tiene un pequeño ejército dispuesto a acabar con nostros:
"Tengo a ese capullo justo detrás. No quiero ni verlo caminar" alienta Fontaine a sus seguidores.
No tenemos demasiadas dificultades en desembarazarnos de ellos y llegamos hasta él, pero cuando estamos a punto de tirarnos encima, usa sus poderes para derribar una columna y un montón de escombros caen sobre nosotros. Nos advierte de lo que pasará si le seguimos:
"Última oportunidad, chico. Date media vuelta ahora, y os dejaré este tugurio a ti y a Frau Kraut. Sigue adelante y Rapture se convertirá en una pecera".
Todavía nos estamos quitando piedras de encima, cuando Tenenbaum nos abronca:
"¡Mierda! ¡Lo has dejado escapar!... Perdona... Necesito un momento para pensar... Claro, ya sé. Busca un Big Daddy y registra su cuerpo".
"Hay uno muerto a sólo unos metros de mí"
"Perfecto. ¿Ves el sistema de control del traje? Muy bien, pues cógelo. Ese es el primer paso para convertirte en uno de esos asquerosos Big Daddies"
"¿Un Big Daddy?"
"Creo que es la única manera de pasar por allí. Las Little Sister te abrirán todas aquellas puertas que encuentres bloqueadas, pero para ello debes hacerles creer que eres uno de ellos, no sólo en aspecto, también tu voz, tu olor..."
"De acuerdo... Si es la única forma, lo haré... ¿Por donde empiezo?
"Criamos a las pequeñas para que se les quedarán grabados ciertos olores, las feromonas" - interviene Tenenbaum - "Pero esto no es como ponerse un aftershave... necesitarás tres aplicaciones industriales, tres dosis en definitiva... Entonces las atraerás como a la miel a las moscas. Busca el Centro Educacional Little wonders. Ve allí y tal vez encuentres alguna dosis de feromonas".
Fontaine, sigue vigilándonos de alguna manera y se muestra muy cruel y amenazante:
"Te has pasado de la raya conmigo, chico. Cuando ya estés rígido y frío iré a por la madraza y la haré pedazos poco a poco y lo mismo haré con sus mocosas. Considéralo tu legado".
Atravesamos una puerta bajo un luminoso cartel que nos indica que hemos llegado a nuestro destino..., pero esto parece más bien un laboratorio o una clínica... Tenenbaum nos corrige, mientras miramos a nuestro alrededor horrorizados:
"Es aquí. Este es el lugar donde las criábamos y las educábamos. Cada una de ellas tenía una habitación propia donde podían dormir y descansar".
Si... pero todas las habitaciones tenían un control de cierre y una enorme puerta de metal... En realidad, eran prisioneras. Y justo al lado de sus habitaciones encontramos una sala de autopsias, un laboratorio con cientos de probetas... No creo que fuera un lugar demasiado acogedor y dudo mucho que nadie quisiera vivir allí si las pequeñas no estuvieran condicionadas.
Por suerte y como nos dijo Tenenbaum, vamos encontrando varias dosis de feromonas, incluso más de las que necesitábamos, pero no es lo único con lo que nos topamos: cadáveres de splicers literalmente agujereados por las jeringuillas de las pequeñas, fotos de Big Daddies y Little Sister... Todo esto es muy siniestro.
Entre el paisaje desolador, nos llama especialmente la atención una extraña máquina con dos televisiones con un gran interruptor cada uno, y una extraña máquina en medio: a la derecha la silueta de un ser humano y a la izquierda la de un Big Daddy. Inquietos por saber qué es eso le preguntamos a Tenenbaum, pero parece que las comunicaciones fallan en ese momento. Pulsamos el botón de la derecha y sufrimos una pequeña descarga eléctrica... Retrocedemos unos pasos, pero la curiosidad nos invita a pulsar el otro botón. Así lo hacemos... ¡y una bolsa de patatas cae a nuestros pies!.
"Así es cómo las educabamos", interrumpe Tenenbaum.
"Muy instructivo", contestamos irónicamente.
"No te entretengas. Todavía no eres un Big Daddy. Es un buen comienzo pero todavía falta. Ahora solamente tienes que conseguir el traje y el sistema de voz y te habrás convertido en uno de esos brutos".
Mientras volvemos al Salón Principal, centro neurálgico de Point Prometheus, Fontaine no pierde la oportunidad de amedrentarnos:
"¡Estás jugando una mala mano, chico! ¡Te has metido demasiados plásmidos para olerlo! ¡Vuélvete con la madraza, o se irá todo al garete!".
Llegamos al Salón Principal y preguntamos a la doctora por dónde debemos continuar:
"Ve a Optimized Eugenics. Allí conseguirás la caja de voz para sonar como uno de esos Big Daddies... Repugnantes criaturas...".
Fontaine vuelve a increparnos, pero notamos cierto miedo en sus palabras, al temblarle la voz:
"Mira a tu alrededor chico. ¿Crees que unas heroicidades de tres al cuarto sirven de algo en este antro? Lo que ves no es más que el resto del vómito del sueño roto de Ryan. ¿Crees que hay algo digno de salvarse? Entonces te mereces ahogarte con el resto de esta escoria".
Tenenbaum conoce bien el lugar: todas sus indicaciones son correctas y no tardamos en encontrar un pequeño laboratorio donde se fabrican los sistemas de voz de los trajes de los Big Daddies.
Fontaine vuelve a interrumpirnos, aunque en esta ocasión tiene parte de razón en lo que nos dice:
"¿Crees que convertirte en uno de esos hombres de hojalata es una calle de doble sentido? ¡Esa germana está haciendo audiciones para el desfile de Frankestein y tú eres el primero de la lista!".
Esbozamos una pequeña sonrisa... Al menos Fontaine tiene sentido del humor e, incluso, cierta gracia..., pero ya sus palabras no nos afectan.
"Está bien, doctora. Ya puedo hablar como un Big Daddy y ya huelo como ellos...¿Y ahora qué?"
"Ya solamente nos falta una cosa: el traje. Dirígete a Escoltas Blindadas Failsafe".
Volvemos al Salón Principal y Fontaine no pierde la ocasión:
"Si que te ha comido el tarro la madraza. Puedes criticarme y matarme, al igual que hiciste con Ryan, pero el viejo Andrew acertó en algo: ¡no darás ni un sólo paso hasta que alguien te diga: adelante!"
Una vez más, no le falta razón al bueno de Frank, pero ahora el tema ya es algo personal. Por su culpa y bajo su influencia matamos a Andrew Ryan: nuestro padre... que tampoco era un santo, pero era nuestro padre y no tuvimos ocasión de conocer mejor por qué hizo esto. Pero ya nada importa: o gana Fontaine o muere Fontaine. No hay más alternativas.
VIVA LOS VIDEOJUEGOS !!!
ya casi terminan! luego si pueden hacer del bioshock 2 :)
ResponderEliminarUfff...
EliminarCreo que dejaremos descansar la saga por un tiempo.
Pero en un futuro, no muy lejano, seguro que si!!!