4) GUARIDA DE CONTRABANDISTAS
a) Pobre Atlas
Avanzamos por un estrecho túnel. Tenemos otro fogonazo, otra visión en blanco y negro en nuestra cabeza. Vemos una casa y una foto. Hay tres personas: nuestros padres y nosotros, pero... no sé, todo esto es muy raro. Volvemos a quedarnos inconscientes durante unos largos minutos.
Despertamos con un fuerte dolor de cabeza. ¿Cuánto tiempo habrá pasado?. En la radio de onda corta, oímos a Atlas que intenta ponerse en contacto con nosotros:
- ¿Estás bien?... ¡Contesta, por favor!".
- Si, estoy bien Atlas... Dame un instante...
- Estoy justo en el exterior de la plataforma de submarinos, pero no puedo entrar. Necesitaré tu ayuda. Mi familia no estará ni a cien metros de distancia.
La sensación de agobio y claustrofobia es muy patente en este lugar. Por si esto fuera poco, hay pequeñas explosiones y derrumbes que nos asustan aún más. Tenemos que salir de aquí lo antes posible, antes de que se venga todo abajo.
Corremos y, por fin, llegamos a una zona más abierta, una especie de cueva horadada en la roca. Después de respirar profundamente varias veces, contemplamos lo que tenemos a nuestro alrededor: ahora entiendo por qué a este lugar se le conoce como la Guarida de los Contrabandistas. Todo esta lleno de cajas de madera. Pero, ¿qué contienen?.
Nos aseguramos de que nadie nos observa y nos acercamos a algunas cajas cuyas maderas están podridas, lo que nos permite ver el interior: hay armas, tabaco y alcohol en cantidades industriales. También hay una extraña máquina que desentona con el resto de objetos: tiene dos enormes ruedas dentadas pero no consigo verle el sentido... ¿qué narices es este artilugio y para qué servirá?. Pensamos que tal vez sea para hacer agujeros en la roca... En cualquier caso, la máquina está parada y no parece que se haya puesto en marcha desde hace bastante tiempo.
Atlas nos despierta de nuestro letargo y nos dice que tenemos que vernos. Seguimos avanzando hasta llegar a la cabina de control. Debajo nuestro, está la plataforma de submarinos. Atlas nos pide que pulsemos el interruptor que abre la puerta para que pueda pasar y así, podemos vernos en persona, aunque sea a través de un cristal y a unos cuantos metros de distancia.
Pero Ryan se interpone en nuestras comunicaciones y nos amenaza:
"Te has divertido, pero ya basta. Si pulsas ese botón, descubrirás lo que significa ser mi enemigo".
Finalmente, pulsamos el interruptor. Por la ventana, vemos la figura de un hombre que entra en la plataforma de submarinos. Nos saluda desde abajo. Es Atlas:
"¿Se te ha fundido un fusible?. No se ve nada en esa cabina. Dame un segundo y te sacaré de ahí. Moira ¿puedes oírme, cariño?. Voy a ir a buscarte, aguanta un poco más".
Vemos como Atlas se dirige hacia unos paneles. Suponemos que son los controles de los submarinos. Pulsa un interruptor y espera... ¡Por fin Atlas va a reencontrarse con su familia...!, pero aparece Ryan y sus leales splicers. Hay un pequeño derrumbe y una densa capa de polvo y humo lo inunda todo. No vemos prácticamente nada. Ryan ya nos había advertido:
"Esto está tan oscuro... ojalá tu amigo pudiera alzar la vista y verte... quizás pudieras advertirle... ojalá pudieras hacer algo... lo que fuera... salvo quedarte ahí plantado... y verlo morir...".
Ahora si que no vemos nada. Sólo oímos disparos y a Atlas en problemas:
"Splicers. Están por todas partes. No puedo contenerlos, tengo que retroceder. Saca a mi familia de allí y nos reagruparemos en cuanto podamos".
Ojalá Atlas esté bien y pueda escapar. Debemos salvar a su familia, así que salimos corriendo hacia la zona de los submarinos. El enfrentamiento con los splicers es inevitable, pero no tenemos otra opción si queremos salvar a la familia de Atlas. Bajamos unas escaleras y corremos por un estrecho pasillo. Al fondo, a lo lejos, vemos la zona de los submarinos..., pero ocurre lo peor: el submarino vuela en mil pedazos y la explosión destroza todo el armazón del mismo.
Atlas chilla horrorizado ante lo sucedido:
"El submarino. Nooooooo".
Nos acercamos al lugar con mínimas esperanzas. Confirmamos la terrible noticia: no hay supervivientes. Por si fuera poco, Ryan se regodea de su "éxito":
"Te cuelas como un asesino y pretendes escurrir el bulto como un ladrón. No eres un agente de la CIA. ¿Quién eres?. ¿A qué has venido?. Hay dos formas de ocuparse de un misterio... descubrirlo o eliminarlo".
Atlas está en estado de shock. Le llamamos con insistencia pero no es capaz de articular palabras... Pasan unos instantes que se hacen eternos. Finalmente, Atlas balbucea unas palabras:
"Sal... Sal y dirígete a Arcadia... por Dios...".
Vamos hacia la batisfera, entramos y ponemos rumbo a Arcadia.
VIVA LOS VIDEOJUEGOS !!!
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