2) PABELLÓN MÉDICO
b) "En busca de la Telequinesis perdida"
Si miramos a nuestra izquierda, podremos ver a uno de esos enormes Big Daddys acompañando a una niña, en otro tubo de cristal que corre paralelo al nuestro. No debemos descentrarnos. Entramos en el vestíbulo de la clínica del Dr. Steinman.
Oímos a alguien hablar y, por lo que dice, rápidamente deducimos que es el propio Steinman:
"¿Por qué tenemos dos ojos, dos piernas...?"
Tenemos una oportunidad de sorprenderle mientras está distraído sobre un cadáver. Vamos a por él directamente y que nos entregue la llave para salir de aquí. Pero cuando nos acercamos para darle el golpe de gracia, se percata de nuestra presencia y huye, lanzando una bomba incendiaria tras la puerta que acaba de atravesar, llenándola de escombros e impidiendo que le persigamos.
Por si fuera poco, un splicer nos lanza unas granadas desde un balcón. Tenemos que salir de aquí y buscar otra entrada pero, ¿por dónde?. Una vez más Atlas nos da la solución después de reconfortarnos con un mensaje de ánimo:
"Tendrás que encontrar un modo de llegar a cirugía... y a Steinman. Anímate hombre, el Señor odia a los que se rinden. Puedo oír el estruendo de ese splicer como si fueran las Fallas".
Continúa Atlas: "Aquí es difícil conseguir explosivos, pero si le echas mano a uno de esos plásmidos de telequinesis, podrías pillar las malditas bombas incendiarias y devolvérselas... o lanzarlas contra cualquier otro obstáculo".
Atlas nos ha dado la clave pero no nos ha dicho dónde encontrar este nuevo plásmido. No nos queda otro remedio que volver al Salón Principal del Pabellón Médico y empezar a buscar. Decidimos ir primero a un crematorio cercano a nuestra posición llamado Eternal Flame.
Hay una mujer llamando a la puerta. Nos acercamos por detrás para intentar sorprenderla pero no tenemos tiempo para ello: alguien la hace saltar por los aires, y casi también a nosotros. Un nuevo y extraño ser nos ataca. Físicamente es como los demás splicer, pero éste lleva una caja de granadas en la mano.
Cuando acabamos con él entramos en el crematorio. La recepción parece tranquila: unos cuantos termos de café y un panel con todos los servicios que se prestan es lo único que queda en pie allí. Como en un tanatorio de la superficie, hay varias salas y tenemos algún que otro encuentro desagradable.
Sólo nos queda una puerta. Es la trastienda del local, donde realmente se queman los cuerpos. Allí descubrimos que tenemos un nuevo enemigo que podemos convertir en aliado gracias al electrorayo: las cámaras de seguridad. También podemos ver un enorme horno crematorio abierto con un cadáver en la bandeja. Tenemos una intuición así que apretamos el botón y el horno se pone en funcionamiento.
La bandeja sale de nuevo y no hay resto del cuerpo por ninguna parte. En su lugar, hay un extraño frasco de cristal. ¿Será el plásmido de telequinesis que andamos buscando?. La única forma de salir de dudas es probarlo así que... Nuestro gozo en un pozo: se trata de un pequeño tónico. Esto nos ayudará..., pero seguimos sin tener telequinesis.
Tendremos que seguir buscando. Vemos que hay un segundo piso así que subimos las escaleras. Llama nuestra atención otro extraño frasco que hay en el suelo, junto a una de esas máquinas. La verdad es que no tenemos mucho tiempo para pensar porque oímos gritos y y gente corriendo hacia nosotros. Parecen muy enfadados y la megafonía resuena por todo el Pabellón Médico. Es Andrew Ryan:
"Un parásito viaja por los pasillos. Reconstruimos nuestra ciudad y los escépticos enviaron a un insecto a aguarnos la fiesta. Mi ADAM para el hombre o mujer que nos libre de él".
Intentamos escondernos en una pequeña sala, pero las puertas están bien cerradas. Cuando el enfrentamiento parece inevitable encontramos una pequeña abertura y nos colamos dentro. Respiramos dos segundos y tratamos de calmarnos: un montón de splicers quieren nuestra cabeza y tenemos poca munición. Son demasiados.
Rápidamente, recordamos lo que nos había hecho llegar a esta sala: un frasco en el suelo. Lo cogemos y lo examinamos. No es telequinesis, pero si se trata de un nuevo plásmido llamado Incineración. La etiqueta lo deja claro:
"Cuando quieras asegurarte sin la mínima duda de que estalle en llamas, no lo dudes, ¡Incinera!. Prende fuego a objetos y criaturas. Usar repetidas veces para aumentar el dolor. Para mayores de 12 años".
Estamos rodeados y atrapados en un pequeño agujero. Nos sentamos contra la pared esperando a que pase el temporal, pero no tiene pinta de mejorar la cosa. Agachamos la cabeza intentando olvidarnos de lo que nos rodea..., y al hacerlo, vemos un extraño líquido de color oscuro cuyo reguero sigue y sale por el exterior de la sala. Lo olemos: parece aceite o gasolina. No estamos muy seguros de lo que vamos a hacer... ¿Y si realmente explota y causa nuestra propia muerte? No tardaremos en saberlo. Lanzamos el frasco contra la mancha del suelo y nos escondemos tras una mesa. Se produce una pequeña explosión y vemos como las llamas se extienden por todo el exterior de la sala.
Oímos los gritos de dolor de los splicers quemándose vivos. Cerramos los ojos y nos tapamos las orejas tratando de evadirnos de allí. Cuando todo acaba y el silencio inunda la sala, nos levantamos y salimos de Eternal Flame. No hemos conseguido nuestro objetivo, pero hemos obtenido nuevos plásmidos y tónicos. Nos reconforta saber que somos algo más poderosos pero seguimos atrapados en Rapture. Tendremos que seguir buscando el dichoso plásmido de la telequinesis y agarrar del cuello al Doctor Steinman para que nos dé la llave.
VIVA LOS VIDEOJUEGOS !!!
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