2) PABELLÓN MÉDICO
d) Big Daddy, Little Sister, Tenenbaum...
El combate con Steinman es tremendo. Como ya habíamos intuido por los diarios que hemos ido escuchando, el Doctor Steinman no es un splicer común. La ingesta masiva de plásmidos y tónicos lo ha convertido en una aberración, pero con una gran capacidad para absorber balas, como si de una esponja se tratara.
Cuando al fin terminamos con él, registramos su cuerpo y, como nos había advertido Atlas, obtenemos la llave del acceso de emergencia. Por fin podremos salir de este lugar y reunirnos con Atlas, nuestro nuevo gran amigo.
Atlas, que ha seguido el combate por el intercomunicador, nos habla cuando todo ha terminado:
"¿Estás bien?. Ya era hora de que alguien se encargara de ese cabrón enfermo. No olvides coger la llave de Steinman y vuelve al acceso de emergencia. Yo, por mi parte, me estoy dirigiendo a la parte posterior de Port Neptune. Llegaremos pronto".
Es hora de marcharnos. Salimos de la clínica del Doctor Steinman, Aesthetic Ideals, y volvemos por el tubo acristalado hacia el Pabellón Médico. Pero no todo va a salir bien. Oímos un gran estruendo y Atlas nos cuenta lo ocurrido:
"Parece que se ha venido abajo otro túnel. Bienvenido a Rapture, el montón de chatarra que más rápido crece del mundo".
Por suerte para nosotros se ha abierto una compuerta que antes permanecía cerrada. Todo parece tranquilo..., demasiado tranquilo. ¿Será otra trampa?. Lo que va a suceder a continuación, no lo hubiéramos adivinado ni en cien años: un Big Daddy, envuelto en llamas, atraviesa un cristal y se estrella, ya muerto, contra la pared. Tenemos que seguir avanzando antes de que toda la zona se venga abajo o se inunde..., pero nos detenemos de golpe. Un splicer está acosando a una Little Sister. No nos da tiempo a intervenir. Alguien, desde un balcón próximo, dispara al splicer y lo mata y nos amenaza con hacernos lo mismo si nos acercamos a la niña. Es una mujer y empieza una acalorada discusión entre Atlas y ella:
- "Por favor, no le hagas daño. ¿Es que no tienes corazón?", nos dice la mujer.
- "Si, bonito sermón del monstruo que, para empezar, creó a esas criaturas. Cogió a pobres niñas y las convirtió en eso ¿no?. Escucha chaval: no sobrevivirás sin el Adam que tienen esas... cosas. ¿Estás dispuesto a cambiar tu vida y las vidas de mi mujer e hijo por pequeños Frankenstein de Tenenbaum?", replica Atlas.
- "¡Espera!. Hay otro modo... usa esto, libéralas de su tormento... Te lo compensaré... de algún modo", nos suplica la doctora, mientras nos lanza un extraño frasco de color rojo intenso.
La verdad es que estamos de parte de Atlas: queremos salir de allí y para eso necesitamos Adam. Además, por lo que hemos ido descubriendo en diferentes diarios, la doctora no es precisamente una santa. Queremos escapar de allí y acabar con una niña parece el camino más corto y el más rápido.
Pero cuando nos acercamos a ella, nos damos cuenta de que es eso, una niña..., nos mira asustada y retrocede cuando levantamos el arma. Se cubre la cara como lo haría cualquier ser humano, ¿cómo vamos a matar a una niña?.
Tras unos segundos en los que lo único que se escucha es el llanto de la niña asustada, tomamos una decisión: usamos el frasco que la Doctora Tenenbaum nos ha lanzado y la salvamos.
Una extraña luz inunda toda la estancia cegándonos por completo. Cuando recuperamos la visión, la Little Sister se ha convertido en una preciosa niña. Nos da las gracias con voz cándida y corre a esconderse en un agujero de la pared.
Tenenbaum nos felicita por nuestra decisión:
"La senda de los rectos no siempre es fácil, ¿no?. La recompensa quedará clara, con el tiempo... ten paciencia".
Atlas no parece tan contento:
- "Tenenbaum te está tomando el pelo. Puede que esas cosas parezcan pobres niñas, pero las apariencias engañan. Necesitarás todo el ADAM que puedas conseguir para sobrevivir".
- "Si Atlas, pero no voy a matar a una niña indefensa", le replicamos.
Mientras ocurre todo esto, se abre un telón ante nosotros y aparece una máquina del Jardín de las Recolectoras. La primera que tuvimos de frente una máquina de estas perdimos el control y nos pinchamos contra nuestra primera impresión, un extraño líquido. Pero Atlas insiste: "Necesitarás nuevos plasmidos si queremos salir de aquí".
Compramos algunos plásmidos y nos acordamos de lo que hemos venido a hacer aquí que es precisamente... ¡marcharnos!. Tenemos que atravesar el pabellón médico y llegar al acceso de emergencia. Pero en nuestro camino hay un enorme bicho metálico y una pequeña niña. Atlas nos anima a acabar con él:
"Ya estás listo... Es hora de enfrentarse a uno de esos Big Daddies. No será fácil, pero es el único modo de llegar a las Little Sister... y el Adam que llevan".
- De acuedo - replicamos - pero a la niña no le haré daño.
El combate con el bicho metálico es extenuante. Intenta golpearnos con su enorme brazo-taladro y se mueve mucho más rápido de lo que pudiera pensarse. Cuando ya damos todo por perdido, las luces rojas que brillan en su casco pasan a ser amarillas y el Big Daddy cae al suelo. De forma incomprensible para nosotros, la niña que le acompañaba corre a su lado y llora junto a él por su pérdida. Es cierto que hay algo muy especial que les unía, algo que nosotros no logramos comprender. Por un momento habíamos pensado que las niñas estaban presas y que el Big Daddy las vigilaba. Pero, al contrario, las protegía, y las Little Sister parecen encontrarse muy cómodas a su lado.
Rescatamos a la niña usando el líquido que nos acaba de dar Tenenbaum. Tengo la extraña sensación de que no será la última vez que hagamos esto. Otra vez esa luz cegadora y la transformación de Little Sister a una preciosa niña.
Ahora si, nos dirigimos a nuestro punto de huida. Algunos splicers nos plantan cara, pero después de lo vivido, esto nos parece demasiado sencillo. Apretamos el interruptor, usamos la llave y accedemos a la batisfera.
Es hora de marcharnos de allí. Atlas nos felicita:
"No sé cómo lo has logrado, pero lo has hecho. Ya puedes pasar a Port Neptune. Estoy deseando estrecharte la mano".VIVA LOS VIDEOJUEGOS !!!
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