8) HEPHAESTUS
b) La bomba de impulsos electromagnéticos
Llegamos a una zona llamada "Talleres". Una grabación nos da una pequeña pista de cómo funcionan los cierres magnéticos que nos impiden llegar a Andrew Ryan. Al menos, hemos descubierto la forma de desconectarlos. Atlas interviene para ayudarnos:
"Tal vez haya alguna manera de destruirlos o hacer que cese la corriente del núcleo. Pero necesitarás algo potente. La munición y armamento que llevas no será suficiente".
Conseguimos escondernos de varios enemigos y, al hacerlo, descubrimos un pequeño pasadizo. Dentro, hay un armazón metálico. Parece... ¡una bomba!. Le preguntamos a Atlas por ello.
"¿Con esto bastará, Atlas?".
"Si, eso será perfecto. La explosión dañará la corriente del núcleo."
"Pero... ¿Y que pasará conmigo?".
"No te preocupes. La explosión producirá una serie de fallos electromagnéticos, pero no afecta a las personas".
Siempre que hemos confiado en Atlas, las cosas han salido bien, así que, a regañadientes, aprobamos sus palabras y nos disponemos a preparar dicha bomba. Tenemos la carcasa, el armazón, y tenemos algunos materiales, pero la bomba no está conectada. Una pequeña grabación nos detalla cómo acabar de construirla y los materiales que necesitamos para completarla:
- 2 unidades de Gel Iónico... Creo recordar que he visto pequeñas bombonas del gel iónico en nuestro recorrido hasta aquí.
- 4 racimos de cables R-34... Atlas nos ayuda con esto y nos dice que podemos encontrar gran cantidad de ellos en los cuerpos metálicos de los Big Daddys.
- Nitroglicerina... Necesitamos un agente que haga que los elementos se combinen y exploten y ese elemento es la nitroglicerina. No sabemos qué forma tiene, ni su verdadero peligro..., pero hemos descubierto que el oficial Kyburz guarda una pequeña cantidad en su despacho.
Nos ponemos manos a la obra. No tardamos mucho en encontrar el gel iónico: hay varias bombonas del dicho elemento en esta zona de los Talleres. Los cables R-34 también los encontramos bastante rápido: es difícil olvidar un combate con un Big Daddy y tenemos varios muy recientes.
Ahora sólo nos queda encontrar el despacho de Kyburz. Sabemos que era un ingeniero con un buen cargo así que su despacho no andará muy lejos. Efectivamente, su oficina está muy cerca pero la zona es bastante peligrosa: splicers y torretas la custodian. Además, desde nuestra posición lejana, escondidos tras unas sillas, creemos ver un teclado numérico. ¿Cuál será la clave?.
Las torretas nos destrozarían en pocos segundos así que debemos descubrir la clave antes de intentar entrar. Nuestras pequeñas indagaciones no han llevado a descubrir que el código es el día nacional de Australia... Pero no somos australianos, y desconocemos tal fecha. Preguntamos a Atlas pero las comunicaciones vuelven a fallar. La casualidad se pone de nuestra parte: una torreta empieza a dispararnos y salimos corriendo y nos escondemos en una pequeña estancia. Allí, sobre nuestra cabeza, hay un enorme cartel que reza lo siguiente: Día de Australia: 0126.
Parece que el destino quiere que tengamos éxito y pongamos esa bomba. ¿El destino o algo más? ¿Nos está ayudando alguien? ¿No son demasiadas casualidades?.
Entramos en el despacho de Kyburz y cogemos la nitroglicerina. Nos sudan las manos. Estamos aterrados. No sabemos si este material explota si no se le trata con cierto cuidado. Cogemos un pequeño trapo y lo envolvemos. Volvemos a la zona de la bomba. Kyburz estaba a punto de terminarla.
Nuestros conocimientos de ingeniería son muy limitados pero los huecos donde va cada pieza que hemos encontrado parecen bastante evidentes. Ahora bien, ¿funcionará?. Hemos dejado para el final la nitroglicerina. Desenvolvemos el paño con mucho cuidado... El tiempo parece detenerse. Lo colocamos con cuidado y cerramos el armazón.
Atlas nos felicita por nuestro trabajo:
"¿Parece una bomba de verdad?. Más vale. Tienes que ponerla en el núcleo, pasado el Control Geotérmico, y veremos si esas manitas sabían lo que se hacían".
Así lo hacemos: cogemos el explosivo y lo llevamos hacia el control Geotérmico. Seguimos muy asustados porque desconocemos el potencial de la bomba, si puede o no explotarnos en las manos, etc. Además la presencia de splicers nos complica las cosas. Avanzamos con mucha calma, temerosos de que algo nefasto ocurra.
Atlas intenta quitarle hierro al asunto, pero el efecto producido es el contrario: aún nos asusta más.
"Parece que el Océano tiene ganas de recuperar este rincón de Rapture... Esto pasó nada más empezar la guerra, leí sobre el tema en los periódicos... Adelante, veré que puedo averiguar para ayudarte".
La verdad es que aunque la comunicación con Atlas era perfecta casi no hemos prestado atención a sus palabras. Llevamos una bomba en nuestras manos y eso es lo importante. Pasamos la zona sugerida por Atlas, pero no sabemos muy bien dónde colocar la bomba. Le pedimos consejo y éste nos pide un poco de paciencia y de tiempo, pero nos estamos poniendo cada vez más nerviosos y sólo queremos soltar ese artefacto letal.
Pasados unos minutos que parecen haber sido horas, Atlas parece haber encontrado la solución:
"No soy ingeniero pero, si interpreto correctamente estos planos, puedes canalizar ese flujo de magma por medio de la válvula de desvío. Ésto evaporará todo el agua en un santiamén y podrás llegar al núcleo. Pero seguro que Ryan nos está observando. Te convendría establecer un pequeño perímetro de seguridad".
Dejamos la bomba con sumo cuidado en un rincón y colocamos algunas minas y trampas cerca de nuestra posición. Estamos frente a la manivela que citaba Atlas y empezamos a girarla. Mientras lo hacemos, oímos algunas explosiones y gritos de dolor y sufrimiento: nuestras trampas están surgiendo efecto. Pasado un tiempo, el magma empieza a caer sobre el agua que protegía el núcleo y ésta se evapora rápidamente.
Ahora se ha abierto una nueva zona por la que podemos pasar. Es una pequeña pasarela que nos llevará al núcleo, donde colocaremos la bomba. Pero Ryan nos desafía a seguir:
"Tan lejos de tu familia, de tus amigos, de todo lo que has amado alguna vez. Pero, por alguna razón, esto te gusta, sientes algo, no sabrías decir muy bien que... piénsalo un segundo y quizá te venga la palabra... NOSTALGIA".
Estas son las últimas palabras que recordamos antes de desmayarnos... No sabemos el tiempo que llevamos allí. Por suerte, la bomba está a nuestro lado y no ha explotado. Atlas nos llama de forma incesante por la radio, pero ahora no queremos hablar con él... ¿Qué ha querido decir Ryan?. Hay parte de razón en lo que dice: este lugar no nos resulta extraño aunque no hemos pasado nunca por aquí...¿o si?. Todo es muy raro. Cerramos los ojos y empezamos a buscar en nuestros memoria recuerdos de nuestra niñez... La verdad es que no conseguimos recordar nada... Todo está muy borroso.
Rapture, Ryan, Atlas... incluso la bomba ha pasado a un segundo plano... ¿qué me está pasando? Dudamos de todo. Ni siquiera estoy seguro de que mi nombre sea Jack. Y ¿por qué no tengo recuerdos de mi infancia, de mi niñez?. No recuerdo las fiestas de cumpleaños, las navidades, el colegio...
Atlas sigue insistiendo con la radio. Tal vez toda esta tensión del accidente y los splicers me está afectando mentalmente. Recuperamos el aliento y la verticalidad y contestamos a Atlas que respira aliviado al oír nuestra voz:
"Pensé que habían acabado contigo".
Estamos llegando al núcleo, lugar en el que colocaremos la bomba, pero Ryan insiste en crearnos confusión:
"¿Qué te ha ofrecido Atlas? ¿Parte del saqueo de mi ciudad?. Hazme caso, tu única recompensa será una puñalada por la espalda".
¡Es cierto!. En realidad, ¿por qué estamos haciendo todo esto?, ¿por qué nos hemos involucrado de esta manera?. Nuestro objetivo no era acabar con Ryan y los splicers; sólo queríamos salir de aquí y volver a tierra firme. ¿Por qué nos entrometemos en las peleas entre Ryan y Atlas, personas que al fin y al cabo, apenas conocemos y cuyos intereses no son los nuestros? ¡Hay tantos porqués y tan pocas respuestas!.
Después de unos segundos de duda cogemos la bomba y la activamos. Ya que hemos llegado aquí, iremos hasta el final. Activamos la bomba y nos alejamos aunque sabemos que si explota realmente no tendremos escapatoria alguna. Se oye un fuerte ruido y se encienden todas las alarmas. Atlas llevaba razón. La bomba ha afectado a los sistemas electromagnéticos que nos rodean pero no a las personas. Atlas nos apresura:
Mientras corremos hacia su Oficina, Andrew Ryan muestra su enfado..., tal vez su miedo:
"Aunque mis defensas físicas caigan, no me vencerás. Mi fuerza no está en el acero y el fuego, sino en el intelecto y mi voluntad. ¿Me oyes, Atlas?. Andrew Ryan no te ofrece más que cenizas".
La puerta de la Oficina de Ryan está abierta, por fin ha llegado el momento. Los cierres que le protegían han cedido y ahora sólo una puerta y un pequeño pasillo nos separan de él. Andrew vuelve a dirigirse a nosotros. Está enfadado, temeroso incluso, pero no de morir sino por perder su ciudad:
"Al final, lo único que importa... soy yo. Y lo único que te importa a ti... eres tú. Es nuestra naturaleza".
VIVA LOS VIDEOJUEGOS !!!
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